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  • Foto del escritorLa Pera Projects

Daniel Dobarco en conversación con Victoria Rios




1. La contemporaneidad en 5 palabras


Sacado de Wikipedia

Internet (el internet o, también, la internet)


2. ¿Qué consumes qué crees influye de manera directa en tu obra?

Principalmente estaría el arte, concretamente la pintura, me gusta revisitar la obra del pasado, también la de artistas actuales, pero los miro con otros ojos, la del pasado me interesa para aprender de sus composiciones, que tipos de paletas o temas eligen. La obra actual la miro más desde una perspectiva del diálogo, igual al coincidir en el tiempo los veo más próximos y te planteas más en qué comulgas o en qué no, pero sin lugar a dudas te transforman.

Luego los libros, ya sean novela o filosofía, es algo que siempre reviso; o cosas que se me quedan en la cabeza, a veces una simple oración me lleva a algo y no tiene que ver per se con el tema o los conceptos que se analizan.

Por último pero no menos importante, los videojuegos, me pego mis buenas sesiones, es algo que me ha acompañado desde la niñez y de ahí saco de todo: composiciones, ideas, sensaciones, imaginario y conceptos. No paro de sacar screenshots, tengo todo un archivo.


3. Un mundo imaginado o un mundo real, debe ser el arte un reflejo de nuestro tiempo o debe el arte plantear todo aquello que pensamos?


Considero que es inevitable que el arte responda a nuestro tiempo y más ahora que todo está interconectado, ahora bien, como nos posicionamos ante ello y de que forma lo llevamos a cabo, es lo que quizá más nos defina.

Es como crear un mundo, siempre se va a parecer al nuestro, encontraremos analogías inevitables y eso es lo que propongo en mi obra. Creo un mundo ficticio, el cual he llamado Cruzeta, el cual habitan determinados seres extraídos del mundo de los videojuegos, la literatura de ficción, etc. pero al final son un reflejo de nosotros mismos, llevados a lo histriónico, por así decirlo, son arquetipos y me ayudan a generar relatos para hablar de las cosas que se me pasan por la cabeza sin tener la necesidad de ser legible o justificarme, pudiendo jugar y volver al discurso en algo obtuso y extraño, incluso absurdo. Los mundos ficticios tienen algo que me gusta, y es que han sido creados para mirarlos desde lejos, con distancia y si algo los agrupa es que alimentan nuestro deseo voyeur y nos hacen sentir que de alguna manera los habitamos también, pero ocurren cosas que en el nuestro no encajarían.


Too Much, 2022, acrílico y óleo sobre canvas

4. Ironía, sarcasmo, humor, ¡tres ingredientes de tu trabajo!


Tengo cierta obsesión con lo carnavalesco, con su tradición y todo el pensamiento que se ha sacado a raíz de ello, creo que desde esa mirada puedes tratar todo tipo de cosas, porque permite la alteridad entre antitéticos, los tradicionales son entre alto y bajo o sacro y profano. Hay que tener en cuenta que una de las fuerzas del carnaval es poner todo patas arriba, invierte el mundo, consigue encajar un nuevo mundo en una fracción pequeñita de tiempo. Cuando me planteo la obra, me figuro cuestiones de este tipo, por ejemplo, en las dos obras presentadas para el proyecto hablo del boxeo, pero no expongo la lucha en sí, presento los tiempos de pausa, los descansos; además el hecho de que sean orcos, normalmente seres malvados y violentos, intensifica más la extrañeza del descanso. Por último, al pensar en esto, me vinieron a la cabeza las imágenes religiosas del Ecce homo o los besos de Judas a Cristo, son también escenas de descanso tras el calvario y de ahí la forma de las composiciones que he empleado que remiten a estas. Así que tenemos, lo alto o sacro (deporte de élite, imaginario religioso) y lo bajo o profano ( el descanso, lo orco). El humor carnavalesco no busca siempre la carcajada o atiende a algo en concreto, es un cambio de perspectiva.




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