Femme Fauve es un homenaje a tres artistas cuya obra busca enfatizar el color sobre los valores representativos, y para quienes su principal objetivo es el color en sí mismo, vinculado a las sensaciones que este representa.

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Las pinturas de los fauvistas se caracterizaban por una pinzelada salvaje y por colores estridentes, mientras que su temática tenía un alto grado de simplificación. En la década de 1880, Gauguin, un referente para los fauves, dijo la famosa frase: “Es el ojo de la ignorancia el que asigna un color fijo e inmutable a cada objeto; cuidado con este escollo.” Ciento treinta años después, y siguiendo el consejo del pintor francés, nuestras artistas utilizan el color como principal cualidad representativa de las ideas que intentan retratar y, al contrario de lo que hicieron sus compañeros fauve en el pasado, también incorporan el uso de diferentes materiales en su narración.

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Estas Femmes Fauves contemporáneas utilizan tanto el color como diferentes medios para llegar al mundo abstracto de las ideas y la imaginación. Mayte Velaz utiliza materiales reciclados y juega con la forma en que la luz se refleja en ellos, creando composiciones que parecen estar en constante movimiento. Olivia Baldwin comienza con el color y el material para luego actuar: sumergir, rasgar, cortar y frotar. Se interesa por la relación entre forma y color y cómo estos interactúan armoniosamente con la materia. Por último, Lía Ateca concibe su práctica fundamentalmente fusionada a un movimiento gravitacional. Los colores y las siluetas adquieren la forma de acontecimientos vitales, pero también de la psique; sus composiciones coloristas no pueden separarse de sentimientos y sucesos que se presentan en forma y colores diferentes.